¿Cómo comenzó su afición a los toros?
Desde siempre he vivido el toro en mi casa. Cuando yo contaba con tres o cuatro años mi hermano empezaba a torear y siempre le he acompañado. A parte de que mi hermano quería ser torero, mi padre siempre ha sido aficionado y desde muy chiquito ya quería ser torero. Con ocho años toreé mi primera becerra y también me apunté a la Escuela Taurina de Salamanca.
¿Dónde y con quién se inició en el toreo?
Siempre he estado entrenando con mi hermano, él es quien más me ha enseñado y ayudado a torear desde el principio. Pero no quiero olvidar tampoco mi paso por la Escuela Taurina de Salamanca, con los maestros Juan José y José Ignacio Sánchez que fueron con los que también comencé y aprendí todo. En la Escuela aprendiendo y a la vez con mi hermano di mis primeros pasos.
¿Cómo fue su primer debut en público?
Fue una tarde muy bonita porque corté el rabo al único novillo que lidié. Lo cuajé muy bien y además lo maté también muy bien. Es una de esas tardes que nunca olvidas. Esa tarde tuve de compañeros a Alberto Durán, que ahora está entre los novilleros punteros y a Iván Ponce. Nunca se me olvidará esa tarde.
Repitió con un buen debut con picadores.
El debut fue también de ensueño, porque es muy difícil indultar a un animal y menos el día de tu debut con caballos. Salió mejor de lo que había soñado. Los novillos fueron muy buenos, a los dos pude cuajar buenas faenas. A uno lo indulté y al otro le corté una oreja. Tarde soñada.
Cerró su temporada como novillero en 2012 con seis festejos, cortando 11 orejas y un rabo. ¿Qué podría destacar de su carrera como novillero?
De mi carrera como novillero con picadores ha habido tardes muy importantes. Donde sobre todo he toreado con toda mi dimensión ha sido en las ferias de novilladas especialmente la de Arnedo, Calasparra y Algemesí, que son tres de las ferias con novillos de las más importantes de la temporada. Y en las tres he conseguido salir a hombros. También he causado buena impresión en Madrid y Sevilla. Contento porque en dos de los tres años que he estado en el escalafón de novilleros he estado entre los seis primeros y eso quiere decir bastante.
Esta temporada 2012 tomó la alternativa el 14 de agosto en Gijón. ¿Qué hizo para que ese día el triunfo fuera posible?
En la carrera de un torero este es el día más bonito. Sobre todo quería que fuera un día para disfrutar desde que me levanté y así sucedió. En el último momento se cumplió el sueño de que fuera mi propio hermano quien me diera la alternativa, que es lo que yo quería. Disfrutando me salió todo a pedir de boca. Lidié un toro extraordinario de Conde de Mayalde, muy bravo y con mucha codicia, que pude disfrutar desde el recibo con el capote hasta que lo maté. Al otro toro si lo hubiera matado bien podría haberle cortado una oreja, sin embargo a este lo pinché. Pero aún así fue una tarde muy buena.
¿Qué balance haría de esta temporada 2012 como matador de toros?
Pues un balance bastante positivo porque he toreado cuatro corridas de toros en el último mes, al final de la temporada. En las cuatro he salido a hombros. De hecho el paso al toro no lo he notado y casi me encuentro mejor ante un toro que ante un novillo. Antes había matado novilladas fuertes y quizás por eso no he notado tanto este paso.
¿Podría contar alguna anécdota divertida de su carrera taurina?
En la época de novillero sin caballos, un día toreaba a las ocho de la noche en San Fernando (Cádiz) y el día siguiente a las 11 de la mañana toreaba en Bayona (Francia). Son unos 1.200 kilómetros de distancia por carretera y no sabía si podría llegar. Solicité permiso a los empresarios de la plaza de toros de San Fernando para abrir plaza. Llegué a Bayona a las 10 horas de la mañana y casi sin tiempo apenas para salir corriendo de la furgoneta, vestirme e ir al patio de cuadrillas… Pero llegué. Esa mañana hacía mucho calor en Bayona, más de cuarenta grados, y el cansancio lo noté toreando.
Su estilo de toreo, ¿es muy diferente al de su hermano? ¿Qué destacaría de él y de usted?
Sí, tenemos conceptos de toreo totalmente diferentes. Yo nunca he querido torear igual que él, puesto que cada uno tiene su propia personalidad. Javier tiene mucho más valor y a mí me gusta torear con gusto y llevar las faenas despacio. Ahora estoy intentado cambiar. Antes se me acusaba el salir al ruedo con demasiadas ganas y ahora quiero basar mi actuación en el toreo fundamental, dejando un poco el arrebato y torear con gusto que también sé.
¿Nunca ha habido disputas de cuál de los dos hermanos es mejor?
No cabe duda que mi hermano es el mejor porque él lleva mucha más carrera que yo y lo único que puedo hacer es aprender de Javier y mejorar día a día.
¿Qué puede adelantar cara a la próxima temporada?
Intentaré torear donde las condiciones donde se respeten y sean buenas lo máximo posible. Conseguir un triunfo en cada tarde, porque ahora tal como están las cosas hay que dar un toque de atención cada vez que uno se viste de luces. Creo es la única manera de que salgan tardes ahora mismo.
En la próxima temporada ¿Coincidirá con su hermano Javier?
Sí, seguramente. Coincidimos en la alternativa pues volveremos a hacerlo otra vez más. Todo el mundo sabe que me hace mucha ilusión compartir cartel con él.
¿Veremos un mano a mano con su hermano?
Todavía es pronto pero es algo que me encantaría. Rivalizar con mi maestro sería para mí todo un honor. Hasta ahora no lo hemos hablado entre nosotros, pero sería una gran idea.
Mientras tanto, ¿cómo es el día a día de Damián?
Actualmente tengo la suerte que todos los ganaderos se portan muy bien conmigo. Hago mucho campo, la verdad. Por la mañana corremos doce o trece kilómetros, luego toreamos mucho de salón, para mí lo más importante del entrenamiento de un torero, entrenamos mucho con el carro. Por las tardes nos llaman los ganaderos para tentar, y si no nos llaman toreamos más de salón, también juego al frontón, que me gusta mucho. En definitiva, todo el día dedicado al entrenamiento y al sacrificio.
¿Cómo y dónde se prepara?
Pues entrenamos aquí, en la plaza de toros de la Glorieta de Salamanca. Salimos a correr un recorrido por fuera de la plaza. El toreo de salón y el resto del entrenamiento los hacemos en la Glorieta. Nos pasamos más horas en la plaza que en casa.
¿Qué diría a la afición en general y a la afición catalana?
Me encantaría, como a todos los toreros, que la fiesta de toros vuelva a Cataluña, como antes. Sobre todo porque Barcelona ha sido una lugar con mucha historia del toro. Yo me acuerdo, no de verlo porque no vivía todavía o era demasiado pequeño, de visualizar muchos vídeos del maestro El Viti, Joaquín Bernadó,… toreando en Barcelona y oírles que tenía una afición muy buena y era una cita imprescindible. Por eso me da mucha pena lo que está pasando ahora y espero que pronto se recupere la fiesta allí, porque la Monumental de Barcelona no deja de ser una gran plaza para todos los toreros. Esperemos se solucione pronto.
Y para finalizar…
Tengo muchas ganas de que llegue el 2013 para que se vea mi evolución, estoy mejorando estéticamente y quiero que se me vea porque creo que puedo sorprender.