ENCASTE ALBASERRADA
Por su popularidad, éxito y por las diferencias sostenidas y mantenidas en los últimos años, los "Saltillos" de Albaserrada, de la mano de los hermanos Victorino y Adolfo Martín pueden considerarse ya como una estirpe nueva y diferenciada.
Procede este encaste de la porción de ganado que el Marqués de Albaserrada separó de la ganadería de su hermano, el Conde de Santa Coloma en 1914, compuesta mayoritariamente por animales con sangre Saltillo. La familia Martín se hizo con la ganadería de Escudero Calvo (pura de Albaserrada) a principios de los años sesenta. Muy a la baja en aquel momento, se comenzó a seleccionar y a lidiar con éxito, consolidándose en los años ochenta como criadores de unos productos que siempre han dado espectáculo y destacando especialmente la ganadería de Victorino Martín.
Considerados como "alimañas" por su dificultad, hoy esta ganadería, de la que procede la de José Escolar, mantiene un punto de conexión entre el toro apto para una faena al uso, encastado y noble y otro más indomable y áspero.
El toro de Albaserrada es duro y encastado, entregado en el caballo, con gran fijeza y muy humillado en la muleta. Presenta toda la variedad de capas cárdenas, desde el muy claro al negro entrepelado y también el negro. Suele ser un animal tocado de pitones, más astifino que el resto de los Saltillos y de más cornamenta, musculado, de gran trapío y poco peso.
Por lo general es un toro difícil de torear, especialmente con el capote, pero generoso. No admite errores y siempre necesita de la atención y la tensión del torero. Toro de faenas cortas y sometimiento, suele ser pronto y espectacular en el caballo.
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