"FERIA TAURINA DE NTRA. SEÑORA DE LA SALUD DE CÓRDOBA 2015" LA FAENA DE "FINITO DE CÓRDOBA" MARCÓ LA FERIA EN EL COSO DE LOS CALIFAS DE CÓRDOBA.
FERIA TAURINA DE NTRA. SEÑORA DE LA SALUD DE CÓRDOBA 2015 : 3° TERCER FESTEJO : 2ª SEGUNDA CORRIDA : TOROS DE NÚÑEZ DEL CUVILLO : FINITO DE CÓRDOBA, MORANTE DE LA PUEBLA Y ALEJANDRO TALAVANTE.
El Faenón del diestro
"Finito de Córdoba" y lo que luego vino marcan La "Feria Taurina Ntra. Señora de La Salud de Córdoba
2015”. Falló el público, pero hay indicios de que la
empresa quiere dar proyección a la plaza de Toros Coso de Los Califas.
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"Finito de Córdoba". |
Terminó la feria taurina de Córdoba. Un año más, la ya
clásica corrida de rejones puso el broche final. Un ciclo ideado por los nuevos
gestores de la plaza, como punto de inflexión en aras de devolver a Córdoba al
lugar que, por tradición e historia, le corresponde. Una feria corta, como
tradicionalmente fue cuando Córdoba era plaza de temporada. Dos corridas de
toros, muy rematadas, con las figuras del escalafón.
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Ginés Marín. |
Una novillada de lujo,
donde se acartelaban dos figuras del escalafón inferior junto a un emergente
torero de la tierra que puede darnos muchas alegrías. Y como remate un cartel
redondo en la corrida de rejones con dos figuras como Hermoso de Mendoza y
Ventura compitiendo entre sí, hecho que sucederá en contadas ocasiones durante
la temporada, y la despedida de un clásico como Fermín Bohórquez.
Ante las combinaciones presentadas por
la nueva empresa, el público no respondió como debiera, si bien se pudo
observar mejores entradas que en la campaña anterior. La demora en la concesión
de la gestión del coso y la brevedad de tiempo para la promoción de la feria
pudieran haber pesado en el resultado final.
El mejor aforo se produjo en la
corrida del sábado y el peor en la novillada con picadores, como era
previsible. Es de esperar que, con tiempo para la promoción de los espectáculos
a celebrar en un futuro, la empresa sea capaz de atraer al público a la plaza.
Uno de los problemas crónicos de la
plaza de Córdoba es la presentación del ganado. Como plaza de primera se debe
de cuidar con rigor la presencia de los toros a lidiar. Un toro armónico, con
el tipo de su encaste y sobre todo con integridad. Los encierros deben de ser
parejos, como corresponde a la categoría de la plaza. La pérdida de diversidad
del campo bravo hace que no se abra la posibilidad de lidiar otros encastes
distintos al mayoritario, extremo que cuando sea posible y se amplíe el número
de festejos debiera de tenerse muy en cuenta. Los problemas de corrales siguen
existiendo en Córdoba y las presiones no faltaron. El escándalo llego en la
mañana del sábado cuando los mentores de Morante exigieron la inclusión en la
corrida de un toro previamente desechado. El animal fue recuperado por la
autoridad como sobrero, pero se exigió que el toro entrase como titular en el
encierro bajo la amenaza de que tanto Morante como Talavante no torearían la
corrida. Equipo gubernativo y representantes mantuvieron un pulso, incluso se
faltó el respeto al papel de Córdoba en la historia del toreo por parte de los
apoderados de los toreros, y se sorteó cerca de las dos de la tarde, una vez
que la autoridad, con el pretexto de no dejar a Córdoba sin toros el sábado de
feria, aceptó la inclusión del animal en cuestión. La autoridad, pese a que
tuvo muy buena voluntad, debió de no ceder a los chantajes y suspender.
En cuanto a resultado artístico, lo más
destacable fue la faena de "Finito de Córdoba" al cuarto de la suelta en la corrida del
sábado. Una faena que pudo pasar a la historia por su rotundidad, buen gusto y
extraordinaria belleza. Un trasteo que rozó la perfección. La pena será que
todo quedó en la nada por la sinrazón y la soberbia. Finito de Córdoba se
empeñó en indultar a tan noble colaborador y la presidencia, con buen criterio,
no concedió el perdón solicitado por un tendido muy mediatizado por la excelsa
faena que había visto. Cierto es que la faena, ya quedo dicho, fue redonda,
pero el animal, a pesar de su nobleza y bondad, no era merecedor del máximo
premio por su pobre pelea en el tercio de varas, donde salió suelto en el
segundo encuentro con el caballo, y por haber amagado con rajarse a tablas
durante la faena cuatro o cinco veces. No quedo ahí el escándalo, pues el
torero tras oír los tres recados del palco y pese a las advertencias de
alguaciles y delegado gubernativo, entró a matar y despenó al toro de una
certera estocada. Su sinrazón le llevo a cambiar un triunfo de época por una
polémica absurda que será recordada como un capricho ante un palco que no
perdió jamás el criterio. En esa misma jornada Morante y Talavante cortaron una
oreja a una bonancible corrida, muy justa de presentación por no decir pobre,
de Nuñez del Cuvillo.
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Francisco Rivera Ordoñez. |
En el primer festejo, un hueco y
descastado encierro de Juan Pedro Domecq dio al traste con todo. El hijo de "Paquirri", que por cierto sorteó dentro de lo malo lo mejor, pasó de puntillas
sin justificar su inclusión. Tanto Morante como Manzanares estuvieron
dispuestos pero fue un querer y no poder, fundamentalmente por la falta de raza
de los toros.
La corrida de rejones fue a la postre la
más exitosa de la feria, pues los tres caballeros en plaza salieron por la
Puerta de los Califas. Destacó Diego Ventura, que organizó un auténtico lío a
lomos de Sueño. Este caballo puede marcar una época
dorada, junto a su jinete, en la historia del rejoneo. Espectacular en la
preparación, ejecución y sobre todo en la salida de la suerte toreando a dos
pistas. Hermoso de Mendoza no le fue a la zaga al de La Puebla y gustó con su
estilo depurado, así como con su magnífica cuadra. Bohórquez se despidió de
Córdoba con una labor sobria y clásica, que bien rematada con el acero le valió
para cortar dos orejas.
La novillada con picadores volvió a ser
incluida en el ciclo ferial tras dos años ausente. En ella se pudo ver el nuevo
valor de la tierra. Javier Moreno "Lagartijo" se mostró antes sus paisanos como un
torero que puede dar muchas alegrías a los cordobeses. Ahora sólo hace falta
paciencia y seguir trabajando con humildad. Madera hay, y de la buena. Ginés
Marín demostró porque es considerado figura en el escalafón inferior y Varea
pasó desapercibido, naufragando con un novillo que le planteó una lidia
distinta a la habitual de todas las tardes.
Esta feria ha sido también la de las
despedidas. En esta edición han dicho adiós el cirujano Eugenio Arévalo y el
presidente Manuel Rodríguez Moyano, tras años de dedicación y trabajo en Los
Califas.
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