FERIA INTERNACIONAL DEL SOL DE MÉRIDA 2020" MANUEL ESCRIBANO Y JESÚS ENRIQUE COLOMBO A HOMBROS EN EL MANO A MANO EN MÉRIDA.
PLAZA DE TOROS MONUMENTAL ROMÁN EDUARDO SANDÍA DE MÉRIDA : FERIA INTERNACIONAL DEL SOL DE MÉRIDA 2020 : 1° PRIMER FESTEJO DE ABONO : 1ª PRIMERA CORRIDA : TOROS DE LAGUNA BLANCA : MANO A MANO : MANUEL ESCRIBANO Y JESÚS ENRIQUE COLOMBO.
Feria Taurina del Sol de Mérida 2020
El Diestro Español Manuel Escribano y el Venezolano Jesús Enrique Colombo, Por encima de sus Oponentes en sus respectivos lotes.
FERIA INTERNACIONAL DEL SOL DE MÉRIDA 2020 - VENEZUELA - PLAZA
MONUMENTAL ROMÁN EDUARDO SANDIA.
Por Redacción APLAUSOS
La primera de las citas de
la edición de este año de la Feria del Sol ha estado condicionada en su mayoría
por el juego en conjunto de los toros corridos. Solo al final, los dos últimos
astados, en parte dieron pie a las mayores emociones de una tarde que iba
camino al despeñadero en cuanto a trascendencia se refiere.
Y eso que a lo largo del festejo hubo interés indiscutible
de ambos espadas por no dejar pasar resquicio alguno para el lucimiento. Pero
es que con toros tan a contra estilo, poco más se podía hacer, sino estar
decoroso, como lo demostraron los señalados espadas, Escribano y Colombo.
Poco público, mucho cemento vacío en la Plaza Monumental
emeritense, en la cual así mismo se apreciaba mucha apatía en la taquilla horas
antes del festejo.
Es que poco motiva, estimado lector, que una ciudad como
Mérida llame a toros en la situación que se encuentra, literalmente la gente
sobreviviendo como puede.
Allá las mentiras que se hacen así mismo empresarios y
palmeros de oficio, donde así mismo al aficionado y taurino merideño se le ha
corrido por la desastrosa gestión de una empresa que es un símil a como está el
gobierno nacional.
Bloqueada por todos los flancos, se apaña como puede, ante
la indulgencia de autoridades municipales y regionales, quienes poco ven más
allá de sus narices… A poco que les interesa.
Así y todo, ante el primero de la función Manuel Escribano hizo las veces de enfermero,
pues las endebles fuerzas de salida del chorreado en verdugo del hierro
lagunero, condicionó su trasteo.
El medido castigo en varas, además del florido quite en
los medios por chicuelinas, tafallera, caleserina y media verónica, serían lo
más meritorio de su actuación, pues en banderillas cumplirían sin mucho mérito
ambos coletas, clavando trasero y caídos los garapullos; el mejor de estos, el
que cerró tercio, de adentro a las afueras por parte de Escribano, en todo lo
alto, “asomándose al balcón”.
Pero en la muleta, a pesar de su esperanzador inicio,
cambiando por la espalda los primeros viajes del astado, poco más pudo hacer,
pues el toro además de su descompuesta embestida, racaneó sus envites a la
poderosa muleta del sevillano por ambas manos, no quedando otra que
justificarse.
Al segundo viaje con el acero, de tres cuartos traseros,
se le despacharía, para que fuese arrastrado ante el silencio de los presentes,
por un percherón remiso, esperpento de tiro de arrastre, que hubo de ser
reemplazado sobre la marcha en el curso del festejo.
Una de cuantas improvisaciones, tanto de empresa como del
palco presidencial, más proclives al cotilleo que sus verdaderas funciones.
El tercero fue peor que su hermano anterior para
Escribano, pues a la par de lo mal picado que fue por Segundo Salgado, se le
uniría su escaso recorrido con las telas.
En banderillas cumpliría Manuel y poco más, pues su labor
muleteril fue mero trámite, para despenarle de estocada desprendida y trasera,
para luego ser silenciado.
En el que cerraba lote, más opciones se le vieron desde el
alegre saludo por verónicas en el tercio. El mínimo castigo en varas, ni para
una muestra hematológica, dejaría el anovillado ejemplar preparado para el
alegre y vibrante tercio de banderillas que protagonizaron ambos espadas, donde
hicieron gala de facultades y conocimientos de terrenos para clavar rehiletes,
en especial un par de Escribano por los adentros, de enorme exposición.
Y así, con el ambiente preparado, de rodillas en los
medios se prodigó comenzar labor, la misma que hilvanaría en especial por
naturales en series de enjundia, llevando largo y templadas las empalagosas y
noblotas embestidas del jabonero burel, las que complementó por la diestra en
tanda maciza y rotundas, las mismas que valieron lo justo y necesario para
colocar a los presentes de acuerdo, tras la firmeza de plantas demostrada por
el rubio coleta de Gerena.
Las dosantinas y los cambios por la espalda fueron el
complemento para aliñar su trasteo. Los tres cuartos de ración toricida caídos
y traseros valieron para que el toro doblara y con ello la pañolada que
obligara a Usía a mostrar el par de pañuelos que daban salvoconducto a la salida
en hombros.
Rodillas en tierra saludó con el percal Jesús Enrique Colombo al segundo de la tarde,
bello castaño claro, el cual poco colaboró con las intenciones de capa del
joven coleta.
El buen puyazo de Alfredo Guimerá valió para ver un buen
tercio de rehiletes de ambos diestros, para ya entrados en la faena de muleta
Colombo por doblones iniciara labor, entre las rayas del burladero 1 y 2.
Por la derecha templaría y llevaría “tapado de tela” al
sosote ejemplar, donde el complemento de emoción que le faltaba a su embestida
la colocaría el diestro en mención, con claras intención de triunfo desde el
minuto 1 de actuación.
Una sola tanda por la zurda fue suficiente para dar
cumplimento a todo lo hecho por Jesús Enrique, para de esta manera, de tres cuartos
de espada, traseritos y tendidos, fueran suficiente para el corte de una oreja,
por petición mayoritaria del soberano.
Su segundo astado no le dejaría estar a gusto a Colombo,
pues su ásperas arreones con la que se decantó en la muleta, le hicieron por
momentos estar atropellado al joven torero taribense. Antes se había explayado
en vibrante tercio de banderillas desde todos los terrenos del ruedo.
Pero como comentábamos, con la muleta, voluntad y poco más
se le vio ante el galimatías que supuso los viajes del astado a la muleta. El
espadazo en lo alto, con el complemento de un descabello le dejó en tibias
palmas su labor.
Y con el que cerraba plaza, comprometido tras ver como
Escribano aseguraba su salida en hombros en el toro anterior, salió Colombo a
por todas, frente a un toro que auguraba emociones que se fueron diluyendo a
medida que transcurría su trasteo muleteril, al pasar nuevamente en el tercio
de varas en solo meto tramite, apagándose a la tercera tanda de la misma,
viéndosele por momentos encimista al coleta, dadas las condiciones del toro,
que pedía más sosiego y distancias entre tanda y tanda.
No queda en duda los deseos de agradar del torero, pero
una cosa es eso, y otras las condiciones que posibilitaba la res.
Al final, viendo los presentes todo lo antes acontecido,
no era menos que justicia que luego del fulminante volapié, trasero y tendido
con las que se fue tras la espada, se rindiera a la petición de la oreja que le
abría la Puerta Grande, y con ello acompañar a Escribano en una tarde, donde ya
quedó dicho, el mérito del éxito de la tarde recaería en la voluntad y
disposición de los toreros.
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Jesús Enrique Colombo. |
Pequeño avance fotográfico de la primera tarde de Colombo en la Feria del Sol de Mérida 2020, donde salió en hombros junto a Manuel Escribano.
Por Federico Montes.
FICHA DEL FESTEJO :
Plaza
de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”. Mérida (Venezuela), Sábado 22 de Febrero de 2020. 1° Primer Festejo de Abono. 1ª Corrida de Toros Mano a Mano. “Feria Internacional del Sol de Mérida 2020". Toros de Laguna Blanca, desiguales de
presentación y juego.
Manuel
Escribano, Silencio, Silencio y Dos Orejas;
Jesús
Enrique Colombo, Oreja, Palmas y Oreja.
Entrada: Un tercio.
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