Robleño y Castaño, sin premio por la espada en Arles
Robleño: "Mi actuación, a excepción de no haber matado a mi segundo, ha sido importante"
Interesante corrida de Victorino Martín, con varios toros de alta nota
Fernando Robleño y Javier Castaño Mano a Mano. |
La lluvia ha demorado cinco minutos el inicio del paseíllo en Arles. A pesar de las deslucidas condiciones climatológicas, empresa, autoridad y toreros han decidido tirar para adelante con el festejo. Se trata del último espectáculo de la Feria de Pascua y lidian Fernando Robleño y Javier Castaño, mano a mano, un encierro con el hierro y la divisa de Victorino Martín.
Fernando Robleño. |
El primero, ovacionado de salida, fue bien recibido a la verónica por Robleño, que le ganó terreno en el saludo capotero. Llegó exigente y falto de entrega al último tercio el animal, que se dejó algo más por el pitón derecho, por donde el madrileño basó una faena que no terminó de despegar. Solvente Robleño, que mató de estocada desprendida de rápido efecto.
El público también tocó las palmas al serio segundo, al que recibió decidido a la verónica Javier Castaño.
Fernando Robleño. |
Fernando Robleño. |
Buen tercio de varas con Alberto Sandoval como picador, entrando el toro hasta cuatro veces al caballo, la primera de ellas al relance del capote de su matador. Importantes también en banderillas David Adalid y el tercero Fernando Sánchez.
Javier Castaño. |
Javier Castaño. |
Fernando Robleño. |
Javier Castaño. |
Javier Castaño. |
El tercero tuvo una embestida muy seria, fija, humillada y con calidad, especialmente por el pitón izquierdo. Por ahí, dándole tiempo entre muletazo y muletazo, instrumentó Robleño naturales cargados de temple y despaciosidad en una labor larga, meritoria, coronada de pinchazo y estocada baja y delantera que tiró al animal sin puntilla. Saludó una fuerte ovación del público.
Salió derrotando a las maderas el cuarto de Victorino, bien picado por Tito Sandoval en tres encuentros en los que se midió bien el castigo. Volvieron a lucir con los palos Adalid y Sánchez. Se quedaba corto y se revolvía con presteza el victorino en la muleta y por los dos pitones, pero tuvo emoción y la aprovechó el matador en una meritoria y esforzada labor. Pinchó y se esfumó la posibilidad de premio.
Gabin Rehabi picó bien en tres puyazos al quinto, feúco de hechuras, andarín, soso y sin ritmo ni entrega. Anduvo tesonero y firme con él Robleño, que llegó a ser volteado por suerte sin consecuencias. Mató con prontitud y fue ovacionado.
Rebrincado y probón fue el sexto, del que tiró bien Castaño en otra lidia esforzada en la que los mejores momentos llegaron toreando al natural. De nuevo falló la espada.
Sobre la corrida de Victorino en Arles
LOS TRES PRIMEROS victorinos fueron como tres gotas de agua. Más el escaparate que el fondo. Rondaron los 530 kilos, entrepelados los tres, bien puestos. Playero el primero, no tanto el segundo, hocico de rata el tercero. Degollados los tres. Si no hubiera sido como fue un mano a mano, o corrida de solo dos matadores, se habrían abierto en lotes distintos.
Los tres toros de la segunda parte dieron más volumen, más caja, más kilos. Quinto y sexto desigualaron una corrida bastante más pareja de lo que es costumbre en casa de Victorino. (...). El piso de plaza, castigado por una matinal de rejones, se había remullido y barrido tanto que para el impulso de los toros –especialmente los dos últimos- no dejó de ser una trampa de arena y en ella perdieron las manos unas cuantas veces.
Bien pegada en el caballo, la corrida no sangró en exceso. Hubo toros peleones y revoltosos, como cuarto y quinto; con temple y ganas de embestir por abajo, como segundo y tercero; uno de mutante carácter, como el primero, que quiso a ratos y al final echó el cerrojo; y un último de corrida y feria, llamado Madrugador, que parecía apalancado en tierra ya gastada pero acabó viniendo a la voz y hasta los vuelos. Pero muy a última hora.
Fernando Robleño, que vistió el mismo terno grana y oro de su épica encerrona en Ceret. A su primero le faltó transmisión; con el azaroso quinto se la jugó a carta cabal -no en vano, resultó prendido pudiendo zafarse de la cornada de milagro-; y estuvo sensacional con el tercero, un animal que rompió a bueno tras "hacerlo" a base de oficio, alargándole las embestidas.
Javier Castaño, El otro espada que completaba cartel, y que tampoco anda escaso de valor ni pundonor. El salmantino ha tenido una tarde de menos a más: algo frío y desconfiado con su primero -el mejor Victorino de la tarde, que tomó cuatro puyazos-, hasta firmar una impecable faena, de coraje y oficio, al sexto. Tal vez la actuación que más me gustó fue su emocionante lidia al cuarto, dejándose llegar al toro de lejos, dándole todas las ventajas. Es de agradecer la manera en que Castaño enseña su lote, desde que se abre de capa hasta la estocada final.
FICHA DEL FESTEJO
Arles (Francia), 1 de abril de 2013. Toros de Victorino Martín, bien presentados y de interesante juego. Destacaron sobre el resto el bravo 2º, el 3º, de gran pitón izquierdo, y el emocionante 4º.
FERNANDO ROBLEÑO: Saludos, saludos y saludos;
JAVIER CASTAÑO: Saludos, saludos y silencio. Entrada: Un tercio. Actúa de sobresaliente Jéremy Banti.
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